13 diciembre, 2011

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06 diciembre, 2011

Tatuajes - Cuidados específicos

Los tatuajes como cualquier modificación en la piel tiene que llevar un cuidado excesivo y diario. Ya que un tatuaje descuidado puede provocar que se infecte la zona del tatuaje produciendo: inflamación de la zona, hinchazón, fiebre, dolor, secreciones, manchas rojas (provocadas por la sangre acumulada en esa zona) y un olor desagradable. Por eso y para que evites esto debes seguir unos cuidados que preventivos. Que realices todo tipo de precauciones y que mantengas la piel sana no quiere decir que no te pueda pasar, pero puede reducir el riesgo en un porcentaje muy alto.



Cuidados para tener un buen tatuaje:



1- Para empezar, hay que protegerse de los rayos del sol y que estos no incidan en nuestro tatuaje directamente. También tenemos que procurar que no toque el tatuaje el agua del mar ni de piscina, ya que la piel del tatuaje es una herida abierta, y como toda herida abierta puede infectarse fácilmente.



2- La zona del tatuaje hay que lavarla abundantemente y durante varias veces al día. Es aconsejable hacerlo con un jabón neutro que no dañe la piel. Aunque si el tatuaje es reciente lo mejor es lavarlo con un jabón cicatrizante para disminuir el tiempo de cuidados. También se puede utilizar un gel de aloe vera por las grandes propiedades que contiene esta planta.



3- Durante la cicatrización hay que abstenerse de utilizar vaselina para que no tape los poros de la piel y que pueda tener una buena oxigenación.


4- Una vez cicatrizado lo mejor es utilizar una crema hidratante, es aconsejable utilizar aloe vera, como se ha mencionado más arriba tienes buenas propiedades para la piel, y una de ellas es que tiene una gran propiedad hidratante. Esta crema habrá que untarla en la piel a diario.



Aunque a simple vista el tatuaje parezca cicatrizado y curado, yo aconsejaría seguir tratándolo e hidratándolo un tiempo más ya que nunca se sabe lo que podría pasar, además que así conseguiremos un color más vivo durante más tiempo.

Piercing - Tipos y precauciones

Este tipo de modificaciones corporales llevan entre nosotros varios siglos y han llegado hasta nuestros días por medio de diferentes culturas en la que su significado era principalmente una pertenencia a una determinada tribu. En la actualidad, se han ido convirtiendo en un objeto más de moda, identificación con una subcultura o incluso llegan a formar parte del erotismo. Diariamente por la calle, podemos ver una gran variedad de piercing y hoy os vamos a enseñar varios tipos, así como una serie de precauciones que debemos de tener presentes.


- Entre todos los tipos de piercing, los más extendidos son los que se colocan en la oreja, tanto en el lóbulo como en el cartílago. También podemos colocarnos los llamados tragus piercing.


- Así mismo cabe destacar los colocados en la ceja y en la nariz, también llamados estos últimos Septum.

- Los piercing en el ombligo son una variedad principalmente extendida entre el género femenino. Indicado para ombligos que no son “hacia afuera”.

- En la lengua es un agujero que la atraviesa. Puede ser horizontal, orbital o superficial, aunque lo más común es en vertical.

- Por último están los situados tanto en los genitales, como en los pezones. Este último tipo está extendido tanto en hombres como en mujeres y no impiden realizar sexo, están destinados a la excitación y estimulación.


Podríamos hablar de otras zonas en las que colocarlo, como por ejemplo los labios o las mejillas, pero no están tan extendidos como los anteriomente citados.

No sirve de nada tener un piercing si no le dedicamos un cuidado especial y unas precauciones que no podemos dejar pasar por alto, ya que se podrían infectar con facilidad o causar algún tipo de alergia. Así mismo deberemos realizarlo en un centro con las máximas condiciones higiénicas posibles para minimizar los peligros. Antes de realizar nuestro piercing, nos realizarán una serie de preguntas en la que se analizarán los riesgos propios de cada persona.

Debemos seguir estrictamente una serie de normas para una buena cicatrización y unas recomendaciones para no agravar los riesgos en las primeras semanas, como podría ser no exponerse directamente al sol, no limpiar más de 3 veces al día, no utilizar alcohol o agua oxigenada para su limpieza y acudir inmediatamente a un profesional en caso de irritación o infección, entre otras medidas.

Si seguimos todos los pasos no deberíamos tener problemas con nuestro piercing, así que os animo a todos para que sigáis aprendiendo y consultando, para que una vez lo tengáis decidido, podáis acudir a vuestro profesional y colocarlo con las máximas garantías. Del mismo modo, nos podéis dejar vuestro comentarios acerca de vuestros piercing favoritos y vuestras experiencias.